Los niños se enfadan, la lían, es inevitable, hasta el hijo más tranquilo se viene arriba aunque sea en una ocasión. El problema es que no solo lo hacen de puertas para dentro, también lo hacen cuando estás en el super, en el cine, en el tren, en un restaurante… vamos, rodeado de gente. Y claro, nunca resulta agradable sentirse observado por decenas de adultos –ya sean padres o no –, ya te estén mirando con pena, compasión o un poco de reprobación.
Por eso venimos a ayudarte, o al menos a intentarlo. Aquí van algunos consejitos que a nosotros nos funcionaron, y esperamos que a ti también.
Cómo evitar que tu hijo la líe en público
1. Más vale prevenir que curar
Evita llevar a tu hijo a ningún sitio si tienen sueño o hambre. Si ya es difícil, siendo adultos, comportarse cuando tenemos hambre o sueño, imagínate de niño.
Así que, si tu hijo tiene hambre, incluso aunque vayáis a ir a comer a un restaurante, dale un pequeño snack para que la espera sea más llevadera. Lo mismo si vais al super: puedes ir a la frutería y comprarle algo para que vaya comiendo mientras pasáis por los pasillos que le resulten más apetecibles –y probablemente sean menos saludables –.
2. Haz que se sienta útil
Si les das una tarea, se sentirán importantes. Ya te dimos este consejo en nuestro post sobre cómo viajar con niños sin que cunda el pánico. Los niños necesitan una misión. Así que, si vais a hacer la compra, dile coja ciertas cosas de la lista, que lleven una bolsa pequeña…
3. Dile lo que vais a hacer
Tenlo en cuenta, explícale qué vais a hacer, cuánto va a llevaros, y cómo esperas que se comporte. No esperes que se porten como quieres que se porten sin darles instrucciones antes.
4. Escúchalo
Antes de llegar a ninguna conclusión de manera precipitada, pregúntale a tu hijo por qué se está portando mal, qué le pasa, qué necesita. Todo esto está muy relacionado con el siguiente punto:
5. Haz que se sienta que le prestas atención
Muchas veces, los niños la lían cuando sienten que no se les está prestando demasiada atención. Es su manera de llamar la atención de los adultos.
6. Hazle reír
Haz el tonto, sé divertido/a, haz un poco el payaso. Si quieres que hagan algo en particular, lleva esa acción al extremo. Es decir, si quieres que caminen despacio, camina suuuuuper despacio. Si quieres que estén callados, aprieta los labios y no digas nada, con cara muy seria, de broma.
7. No caigas en la trampa
Si tu hijo se pone pesado e insistente en, por ejemplo, comer chuches, es mejor no caer en la tentación de dárselas solo por no molestar a la gente de tu alrededor. Si caes y le dejas comer chuches una vez, pensará que siempre podrá conseguirlo con tan solo gritar y llorar un poco –o mucho –. La mejor opción es redirigir su “necesidad” de chuches hacia algo más saludable; como un smoothie de frutas. Todo explicado con calma, ganando tiempo.
Pero si estás en un sitio del que no puedes “huir” rápido; como en un avión o en un tren, te sugerimos otro enfoque. Imagina que tu hijo está agobiado por no poder moverse –lo cual es comprensible –, hazle saber que pronto podrá hacerlo: tan pronto como despegue el avión, por ejemplo. O déjalo moverse en su asiento, siempre y cuando no haga mucho ruido. Puedes utilizar el truquito número 6 para ayudarte.
8. Mantén la calma
Los niños pueden hacer niñerías, nosotros no –o al menos no delante de ellos –. Estamos aquí para enseñarles cómo comportarse en situaciones que consideran aburridas o molestas, no para actuar como niños, ni para chincharlos.
Si volvemos al caso del avión, en el que mantener la calma puede ser difícil; te recomendamos que, aunque solo quieras que tu hijo se calme y duerma hasta que el avión aterrice, te centres en relajarte primero, respires profundamente, y luego pases a tu hijo. Al fin y al cabo, lo único que quieren los demás pasajeros es un vuelo tranquilo, poniéndonos nerviosos nosotros, no conseguiremos calma alguna.
9. No pienses tanto en los demás
Sí, hay gente mirando, pero eso no debería alterar la manera en la que educas a tu hijo.
Y si alguien interviene, aunque sea para ayudar, dile que todo está bajo control y solo necesitas hablar con tu hijo un poco más.
Y tú, ¿qué haces cuando tu hijo la lía en público? ¿Cómo manejas la situación? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!