A ti te gustan, a nosotros nos gustan; y, muy probablemente, a tu hijo/a también le encantarán, algún día. Pero, como lo más habitual es que ese día aún no haya llegado, hemos pensado en unas cuantas maneras de camuflar las verduras en varios platos que normalmente sí resultan más apetecibles a los niños. Somos unos ninjas.
Aviso: queremos dejar claro que no creemos que haya que camuflar las verduras de por vida; ya que esto podría llevar a los niños a pensar que la vida es un carnaval y solo hay que comer lo que apetece en cada momento. Este post simplemente recoge unos cuantos consejos para hacer que, en algún momento del futuro próximo, a tu hijo le encanten las verduras.
1. Saaaaalllllsssssa
Pocos son los niños a los que no les gusta la pasta. ¿Lo mejor? Que bien preparada, la pasta es una opción muy saludable (con moderación).
Nada como un plato de pasta integral acompañado de una rica salsa cargada de verduras. Zanahoria, tomate, calabacín, cebolla… todo bien trituradito, mmmm.
2. Pasa la fruta de sólido a… cremoso
Mientras que el zumo no es la mejor manera de tomar fruta –lo cual tampoco quiere decir que los zumos sean malos, ni mucho menos –; los smoothies son una manera genial de tomar fruta y verdura; ya que, cuando haces un smoothie, utilizas la pieza de fruta completa, en lugar de solo su jugo (compuesto mayoritariamente de azúcar).
Recomendamos que añadas algo de leche o yogur a la mezcla; ya que si solo utilizas fruta y verdura, puedes terminar pecando de pasarte de la cantidad diaria recomendada para llenar un vaso o cuenco.
3. Aprovecha el buen tiempo y haz polos de frutas
Sencillos, ricos, y una muy buena alternativa a los helados que solemos tomar. El de la imagen contiene aguacate, lima y leche de coco, pero puedes hacerlos prácticamente de cualquier cosa, ¡la verdad!
4. Descubre el maravilloso mundo de las chips de verdura
Pueden ser de zanahoria, de nabo, de calabacín, y hasta de kale (col rizada). Todas estas alternativas a las patatas fritas de toda la vida son fáciles de hacer, ¡y se preparan al horno en lugar de en la sartén!
4. Vente arriba con el hummus
El hummus es lo más. Saludable, fresco y fácil de hacer. Síiii, lo sabemos, no tiene verduras; ¿pero qué sería de la vida si no nos volviéramos un poco locos a veces y nos pusiéramos en plan quimicefa en la cocina? Como, no sé, añadiendo remolacha al hummus. No solo está buenísimo, además tiene una pinta superapetecible.
5. Olé guacamole
Lo del polo de aguacate mola, sí, pero si no nos apetece ponernos en plan Ferran Adrià en la cocina –que tampoco era eso, la verdad –, un buen guacamole con crudités servirá para que tu hijo/a esté feliz como unas castañuelas.
Un guacamole tradicional no contiene más que verdura: aguacate, tomate, un chorrito de limón o lima, cilantro y un poco de chile (totalmente prescindible si tu hijo no es un gran amante del picante).
6. Di hola a tu nueva mejor amiga: la coliflor
Lo mejor de la coliflor es que es un gran sustituto de muchos otros ingredientes; ¡haciendo un montón de platos mucho más saludables!
Esta receta de pizza con masa de coliflor es solo un ejemplo de todos los platos que puedes hacer con esta verdura.
Así que, cuéntanos, ¿le gustan las verduras a tu hijo/a? ¿Usas algún truco que no hayamos contado aquí para que coma verduras? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!