La mayoría de las veces, los niños aprenden a caminar, correr y saltar sin demasiado estímulo por nuestra parte. Es más, podríamos decir que aprenden a hacer todas esas cosas sin darnos demasiado tiempo a asimilarlo. Un día gatean torpemente, al día siguiente corren como pollos sin cabeza con el pañal puesto al revés y chocolate por toda la cara.
Y ahí estás tú, sentado/a en la cocina, con una taza de café en la mano, mirando al infinito y preguntándote cómo es posible que tu bebé ya camine, y cómo vas a mantenerlo tranquilo ahora que han descubierto lo genial que es correr y perseguirte todo el rato.
Habilidades motoras finas y gruesas
Bueno, pues lo que acabamos de describir forma parte de las habilidades motores gruesas. Las habilidades motores gruesas se encargan de la coordinación de partes del cuerpo grandes, como los brazos o las piernas.
Y luego ya están las habilidades motores finas, que se encargan de la coordinación de músculos más pequeños –como las manos y los dedos –con los ojos. Estas habilidades son fundamentales para un correcto desarrollo físico y mental.
Los niños desarrollan las habilidades motoras finas gradualmente desde que nacen. Es más, estas habilidades continúan desarrollándose a lo largo de toda nuestra vida; pues forman parte de nuestro día a día: cuando usamos los cubiertos o nos lavamos los dientes… De todos modos, nunca está de más favorecer el desarrollo de las habilidades motoras finas con actividades como estas:
Actividades para desarrollar las habilidades motoras finas
1. Vestirse y desvestirse
La etapa del destape es común a casi todos los niños. Es un clásico atemporal eso de estar de cena en casa con amigos y que aparezca tu hijo despelotado, como si nada. Y tú, bueno, pues lo vistes y sonríes ante una audiencia confusa, qué vas a hacer.
Si tu hijo/a está pasando su etapa naturista, no te preocupes, es normal. Están aprendiendo a jugar con sus dedos, y la ropa es como un parque de atracciones para dedos: abrochar y desabrochar la cremallera, botones, brazo dentro, brazo fuera, velcro… Si lo piensas, es divertidísimo.
Lo malo es que quitarse la ropa les suele costar menos que ponérsela. Así que, te recomendamos que empiecen con ropa no muy complicada, con cinturillas elásticas, velcros… Y, poco a poco, ve añadiendo elementos más difíciles: primero cremalleras, luego botones…
Sin embargo, si crees que el naturismo de tu hijo se está convirtiendo en algo compulsivo, deberías comprobar que no haya otros motivos. Tal vez las prendas en cuestión le resulten incómodas (demasiado calor, materiales que piquen…).
También puede que estén intentando llamar tu atención. En este caso, marca claramente los límites de cuándo no pueden hacerlo –lugares públicos o con gente de fuera de la familia, por ejemplo –.
2. Agrupar y ordenar
Los niños son muy versátiles: lo mismo son arquitectos que un monstro Kaiju. Construyen impresionantes rascacielos poniendo un bloque de madera encima de otro; y luego lo destruyen sin despeinarse. O peor, con mucho entusiasmo.
No te preocupes, tu hijo no es un psicópata. De hecho, todo este juego de construir y destruir es una gran manera de ejercitar las habilidades motoras finas. Haz que juegue con bloques de diferentes tamaños, colores y formas; y poco a poco, verás cómo sus rascacielos son tan altos como la luna. O como el techo de su habitación, que para ellos viene a ser lo mismo.
Y, cómo no, agrupar y ordenar, pero más 2.0
También hay juegos pensados para que los niños ordenen formas por color y tamaño –entre otras muchas cosas –. Nuestra app Kokoro Kids tiene alrededor de 150 divertidos juegos educativos diseñados para que, entre otras muchas cosas, tu hijo/a aprenda las formas y los colores.
3. Enhebrar
Cuando tu hijo/a hace un collar con macarrones, está desarrollando sus habilidades motoras finas al máximo –así como un terrible sentido de la moda –.
¿Cómo? Lo de la moda no lo sabemos, lo otro sí. La coordinación dedo-ojo requerida para pasar un hilo o un cordón por el hueco de un macarrón no es moco de pavo. Es más, aún hoy nos cuesta enhebrar una aguja.
4. “Cocinando”
¿Hay algo mejor que mezclar lentejas crudas con kétchup, agua, especias y muchas cosas bonitas? No se nos ocurre…
Deja que tu hijo/a “cocine” mientras tú cocinas dándoles un cazo y algunos ingredientes. Amasar, coger pellizcos de sal, golpear y remover son ejercicios geniales para desarrollar las habilidades motores finas.
5. La mayoría de actividades del día a día
Además de vestirse y desvestirse, hay un montón de actividades cotidianas que les ayudarán a desarrollar estas habilidades: peinarse, lavarse los dientes, usar cubiertos, abrir y cerrar cajas, dibujar, cortar con tijeras, jugar con plastilina…
¡Esperamos que encuentres este post útil! Y no dudes en dejarnos un comentario contándonos qué haces para fomentar el desarrollo de las habilidades motoras finas de tu hijo/a.
¡Hasta la vista!